martes, 6 de enero de 2009

SUELO DEL MONTE ESTRELLADO...

El viernes pasado terminé mi trabajo como cada día algo cansada y ligeramente preocupada pues la mañana había transcurrido de manera lenta, lluviosa, fría y tuve que resolver algunos imprevistos.....Tenía ganas de descansar y a éso de las tres de la tarde el sol salió espléndido entre las nubes y comenzó a calentar agradablemente.
Con mi marido, un amigo y su perra nos adentramos por La Fuentilla, así se llama el sendero, al bosque cercano a nuestra casa para captar con la cámara unas setas que nuestro amigo había descubierto un par de días antes.

paseo con Duna

La hierba aún estaba húmeda y por el sendero el barro se pegaba a nuestros zapatos que no eran los apropiados, pero con las prisas y para aprovechar el sol que había salido no nos detuvimos para ponernos otros ....
Llegamos al lugar y en medio de hojarasca, hierba....y piedras húmedas aparecieron las setas que por su belleza merecían pintarse.

entre hojarasca

agrupación de estrellas

Estaban aquí y allá, en solitario y en grupos, pequeñas la mayoría , pero alguna muy grande. Bonitas de verdad....pero sólo para contemplarlas o para captarlas con la cámara y tal vez para llevarlas a un lienzo que decore nuestro entorno.
Digo ésto porque se trata de un hongo perteneciente a los Gasteromycetos, y más específicamente a los Geastros, hongos de color gris o pardo con forma de estrella de mar.
Su base es estéril en forma de estrella, con una parte globosa central o gleba, en cuyo interior se hallan las esporas, las cuales en su madurez, salen por un orificio o abertura al exterior.

estrella

Abundan en el bosque de Agua García. Yo ya las había visto otros años y tenía lugares más o menos localizados para contemplarlas, pero este invierno hay por doquier y me sorprende mucho tanta abundancia, seguramente debido a las copiosas lluvias que hemos tenido en el otoño y en este invierno que ha comenzado a reinar también marcado por frio y muchas lluvias .
Sin tocarlas para no dañarlas y porque además no tienen ningún valor culinario hice algunas fotos y regresamos de nuevo por el mismo sendero a casa de mi amigo y su perra Duna, feliz por el paseo, seguía contenta los pasos de su amo pisando la alfombra de hierba húmeda.

1 comentario:

beker dijo...

Bonito paseo, por ese monte tan frondoso; que pena que ya sólo van quedando algunos resquicios y especies no comestibles, a pesar de que sigue siendo entretenido e interesante encontrar estas variedades tan curiosas. Saludos