Si las levaduras no existiesen careceríamos de pan y de vino, así como del queso o de la cerveza. Todo ésto nos parece muy natural.

Fué el médico y bacteriólogo Alexander Fleming, británico, el que en 1927, se dedicó al estudio de las propiedades de un moho, clasificado en el género Penicillium y observó que segregaba una sustancia identificada con el nombre de penicilina. Sus trabajos se centraron sobre todo en la búsqueda de sustancias capaces de atacar a las bacterias que afectan al ser humano.
En un principio no se concedió gran importancia terapéutica a este descubrimiento, hasta que en el 1940 Florey y Chain prosiguen en Oxford, las investigaciones y estudian las acciones quimioterápicas de este antibiótico. En1943 Florey fabrica industrialmente la penicilina en U.S.A.

Dos años más tarde le fue otorgado el premio Nobel en Fisiología y Medicina que comparte con Fleming y Chain. Fueron años para la historia de la medicina.
La penicilina, como sabemos, es un antibiótico aislado de los productos del metabolismo del hongo Penicillium notatum. Gracias a estos antibióticos, enfermedades como las fiebres tifoideas o la tuberculosis han desaparecido.
Es así como los "despreciados" hongos microscópicos han conseguido hacer retroceder algunas plagas que aterrorizaban a nuestros antepasados.
Estos descubrimientos han significado un aporte incalculable al mundo de la farmacopea y la medicina salvando infinidad de vidas desde entonces, gracias a la labor de investigación de científicos en el mundo de los hongos microscópicos y la labor de innumerables micólogos y aficionados al mundo de las setas.
La presencia de éstos en la naturaleza nos debe llevar al respeto de estos seres portadores de sustancias curativas de indudable valor para el hombre.
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1 comentario:
muy buena especificación de la importancia de los hongos
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